Ubicado al noroeste de Madrid, cerca de Ciudad Universitaria, el parque Dehesa de la Villa ofrece vistas impresionantes de la ciudad y sus montañas desde el Cerro de los Locos. Antaño, fue un campo de entrenamiento para toreros, boxeadores y atletas que buscaban un gimnasio al aire libre. Antes conocido como Cerro de las Balas por su cercanía a un campo de tiro, más tarde se convirtió en un punto clave de defensa durante la Guerra Civil, y aún hoy se pueden ver restos de trincheras. Con el tiempo, ha acogido desde acróbatas hasta partidos de pelota, y gracias a Ángel Vázquez, sigue siendo un lugar vibrante para el deporte, la naturaleza y el espíritu rebelde de Madrid.
Un tesoro escondido en las afueras de Madrid, el Parque de El Capricho fue creado en 1784 por los Duques de Osuna como refugio para artistas, pensadores y toreros, incluido Goya, quien pintó El hechizo para su palacio. Con 17 hectáreas, sus jardines combinan la elegancia francesa, el romanticismo inglés y el encanto italiano. En sus senderos descubrirás un palacio, una glorieta, un laberinto y un lago tranquilo. Tras años de abandono, el Ayuntamiento de Madrid lo restauró y lo reabrió en 1999, devolviéndole su magia.
Explora el Búnker Oculto de El Capricho
Bajo la belleza del parque yace un secreto de 1937: un búnker de 2.000 m² que fue cuartel general del Ejército Republicano. Construido 15 metros bajo tierra y diseñado para resistir bombas de 100 kg, está camuflado entre los árboles. Con siete salas, múltiples salidas y un túnel hacia el Palacio de los Duques de Osuna, es una ventana a la historia de la Guerra Civil en Madrid. Hay visitas guiadas gratuitas de 30 minutos los fines de semana (reserva online).
Escondida en el centro de Madrid, esta joya barroca fue fundada por Felipe III como refugio para inmigrantes portugueses antes de convertirse en lugar de culto para la comunidad católica alemana. Aunque solo abre para misa, sus impresionantes frescos de Luca Giordano y Francisco Rizi la convierten en una visita obligada. Se ofrecen visitas guiadas en español que permiten conocer su historia y el legado de la Real Hermandad que la gestiona.
Renovado tras seis años de reformas, el MAN es una inmersión en la historia mediterránea, desde la prehistoria hasta el siglo XIX. Situado en el barrio de Salamanca, alberga tesoros como cerámicas griegas, coronas visigodas e intricados marfiles islámicos. Su pieza estrella, la Dama de Elche, sigue envuelta en misterio: ¿diosa, reina o figura funeraria? Además, el museo cuenta con una réplica de la Cueva de Altamira, recreando su arte rupestre con precisión. Desde septiembre de 2023, la cueva reabrió para visitas matutinas. Los sábados a las 16:00 hay visitas guiadas en inglés de 90 minutos, incluidas en la entrada (inscripción en taquilla).
Una joya oculta, el Museo Cerralbo ofrece una mirada al estilo de vida aristocrático del siglo XIX. Residencia del XVII Marqués de Cerralbo, este palacio neobarroco y rococó alberga más de 50.000 objetos, desde pinturas y esculturas hasta relojes, monedas y armaduras. Sin carteles modernos, los visitantes pueden explorar la colección con una guía multilingüe.
Diseñada por Antonio Palacios y cerrada en 1966, la Estación de Chamberí renació con el proyecto Andén 0. Restaurada a su esplendor de 1919, ofrece un viaje en el tiempo al metro de Madrid, con anuncios cerámicos originales, mobiliario de época y andenes restaurados. Cerrada durante más de 30 años, ahora revive el pasado en un escenario nostálgico y vibrante.
Bajo la Catedral de la Almudena se encuentra esta joya neorrománica con más de 400 columnas decoradas con figuras bíblicas, escenas naturales y el famoso oso y madroño de Madrid. Es la cripta más grande de España y alberga los restos de nobles, incluida María de las Mercedes, primera esposa del rey Alfonso XII. Sus cinco naves y 20 capillas combinan mosaicos bizantinos, vidrieras góticas y relieves de Benlliure, con ventanas monumentales de Maumejean.
Esta capilla neoclásica contrasta con los vibrantes frescos de Goya que adornan su cúpula. Construida entre 1792 y 1798 bajo órdenes de Carlos IV y diseñada por Francisco de Fontana, fue declarada Monumento Nacional en 1905. Su sobria arquitectura en cruz griega resalta la genialidad de Goya, quien pintó la escena del trance de San Antonio. También alberga la tumba del artista, convirtiéndola en una visita obligada para amantes del arte e historia.
El antiguo matadero de Madrid, un complejo neomudéjar junto al río Manzanares, ha renacido como un vibrante centro cultural. Desde 2006, el Centro de Creación Contemporánea del Ayuntamiento de Madrid impulsa la creatividad en artes visuales, teatro, danza y literatura. Espacios como Nave 10 para teatro contemporáneo, el Centro Danza Matadero, y la Cineteca para cine alternativo, lo convierten en un epicentro de experimentación artística. Otros puntos clave incluyen la Casa del Lector, la Central de Diseño y el MAD, un centro inmersivo de arte digital.